Parador De Mérida

“Un Detalle que marca la diferencia en Parador de Mérida”

Soy un cliente habitual del Parador de Mérida y, por mi profesión, bastante observador. A lo largo de mis visitas, he podido disfrutar de la calidad de su cocina, la riqueza de los sabores y la calidez de un edificio tan emblemático como acogedor. Todo esto hace que, desde una simple cerveza hasta… Más

Soy un cliente habitual del Parador de Mérida y, por mi profesión, bastante observador. A lo largo de mis visitas, he podido disfrutar de la calidad de su cocina, la riqueza de los sabores y la calidez de un edificio tan emblemático como acogedor. Todo esto hace que, desde una simple cerveza hasta una gran comida o cena, cada visita sea una experiencia que invita a regresar. Pero hay algo más que transforma esta experiencia en algo realmente excepcional: el factor humano. Es aquí donde quiero hacer especial hincapié, ya que hay una trabajadora en el Parador que destaca siempre por encima de todos estos elementos que hacen de este lugar un sitio tan especial. Se trata de María Fernández, quien cada día ofrece un trato excepcional y una profesionalidad que deja huella en cada cliente. María se mueve entre las mesas con una agilidad y destreza admirables, siempre con una sonrisa sincera en el rostro, incluso en los días más ajetreados. Su habilidad para atender a los clientes con rapidez y discreción, haciendo que cada uno se sienta bienvenido y cómodo, es algo que merece un reconocimiento especial. Esa sonrisa y actitud positiva, que no pierde ni en las jornadas más complicadas, son capaces de alegrar el día a cualquiera, incluso a quienes llegamos con un día complicado. He comentado en varias ocasiones con amigos, colegas y clientes con los que he compartido momentos en el Parador, y todos coincidimos en lo mismo: María es una gran profesional. Sin conocerla personalmente, es evidente para todos que su dedicación y amabilidad marcan la diferencia. En estos tiempos, en los que vivimos rodeados de tensiones en todos los ámbitos – ya sea en los negocios, la política o la economía –, es realmente reconfortante encontrarse con personas como María, que nos recuerdan la importancia de un trato humano, cercano y cálido. Su presencia y su forma de trabajar no solo hacen que los clientes queramos volver al Parador, sino que también refuerzan la sensación de que, detrás de un gran lugar, siempre hay personas que le dan vida y corazón. Me gustaría que este mensaje llegue a María Fernández como un pequeño gesto de gratitud por todo lo que hace, y también a la dirección del Parador, para que sepan que cuentan con una profesional que realmente hace la diferencia. Espero que esto sea un reconocimiento a su esfuerzo diario y que le sirva de motivación para seguir siendo ese gran valor añadido que tiene el Parador de Mérida.

Menos

“Confort en pleno centro de Mérdia”

Me gustó la paz que ofrece el establecimiento, cosa que se transmite en la misma habitación, aunque el baño necesita una actualización.

“Una estancia magnifica con un desayuno manifiestamente mejorable”

Soy usuario habitual de paradores y es con diferencia el desayuno de peor calidad, variedad y cantidad se todos los paradores. Y para colmo la camarera que nos recibio me pregunto " cual es su habitacion chico? Tengo 59 años y ella no llegaria a los 30

“Bonito”

Parador en la linea del resto de Paradores que conozco pero por debajo en calidad general en comparación con el resto.