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“El mejor desayuno”

Atención: Recomiendo que tengas un mínimo manejo del portugués o del inglés para ir, ya que no se manejan en español. Exceptuando ese detalle, la atención fue muy buena. A la hora del check out comentamos que teníamos un evento hasta tarde, por lo que se ofrecieron a guardarnos las valijas hasta nu… Más

Atención: Recomiendo que tengas un mínimo manejo del portugués o del inglés para ir, ya que no se manejan en español. Exceptuando ese detalle, la atención fue muy buena. A la hora del check out comentamos que teníamos un evento hasta tarde, por lo que se ofrecieron a guardarnos las valijas hasta nuestra vuelta. Consumimos cosas del minibar sin saber el precio y no salimos espantados, lo cual es muy bueno. Servicios: Alguno que no leí por ningún lado y me parece un plus importante es que la pileta de la terraza, si bien era pequeña, era climatizada y tenía una altura ideal para ir con niños. La toalla se debe solicitar en recepción, lo cual estaría bueno que aclarasen en recepción y no en la pileta que se encuentra en el último piso. El gimnasio, si bien es pequeño, está muy bien equipado. Habitaciones: Con respecto a la habitación, a nivel limpieza y mantenimiento se encontraba impecable. Nos preguntaron nuestras preferencias en relación al número de piso y distancia desde los ascensores. El colchón y la almohada eran como nubes (personalmente no me hace bien un colchón blando de resortes, así que desperté muy contracturada) y las persianas ofrecían oscuridad total en la habitación. El minibar se encontraba completo y, si bien no tenía ningún tipo de lista de precios, no nos pareció una locura. Consumimos una lata de agua, tres latas de coca, dos dulces (un kinder bueno y un nutella b-ready) y un tubo pequeño de papas pringles por 80 reales. La presión de la ducha era excelente y la temperatura del agua también, aunque podría haber estado un poco más caliente (soy de las que se bañan con el agua hirviendo). Desayuno: Lo mejor de todo fue sin dudas el desayuno. Contaban con tres variedades de jugos naturales (de naranja y dos más a rotar), distintos tipos de pan, tostadora, sandwichera, distintos tipos de fiambres, ensalada de frutas, una frutera a disposición y el clásico desayuno americano para armar al propio gusto. Lo más destacable de esto último es que el huevo revuelto era liviano, nada aceitoso. También había una serie de canapés o mini bocados dulces y salados, entre los que destaco los mini croassant rellenos de jamón y queso, los bollitos de pan rellenos de pollo y el chipá o pão de queijo común e integral. Con respecto a las bebidas, había variedad de tés, yogurt bebible y leche fría y caliente, además de una máquina de café preparado. En esa máquina debo admitir que probé el mejor chocolate caliente de mi vida.

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