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La isla de Milo es una pequeña isla volcánica griega del mar Egeo, perteneciente al archipiélago de las Cícladas. A pesar de que la isla es menos frecuentada por los turistas que algunas de sus vecinas, Milo tiene varias atracciones para quien desee visitarla. Debido a sus peculiaridades geológicas Milo cuenta con playas de muy diverso estilo, desde la pequeña cala de Tsigrado a la playa de roca blanca, sin rastro de arena de Sarakiniko, pasando por extensas playas arenosas como la de Firiplaka. Además, la parte occidental de la isla es poco transitable por lo que desde Adamas parten varios cruceros de un día o medio día mostrando la costa oeste de la isla y permitiendo a los turistas sumergirse en diversas grutas. En la capital de la isla se puede visitar el museo arqueológico donde además de diversas piezas encontradas en la isla se puede contemplar una réplica de la venus encontrada en el siglo XIX. Cerca de Milo también se puede visitar un anfiteatro y unas catacumbas.
Milo alberga algunas de las playas de las Cícladas más famosas. Paleochori es considerada la mejor playa de la isla por los nadadores, los buceadores, los amantes del sol y los entusiastas de los deportes acuáticos. A casi media hora en coche desde el puerto de Adamas, Paleochori, que comprende en realidad tres playas de 800 metros de arena en total, es conocida por las espectaculares caras de sus acantilados, que los depósitos minerales, especialmente los de azufre, han coloreado de deslumbrantes rojos y amarillos. Apolonia, con su preciosa playa de arena bajo la sombra de los tamariscos y sus tradicionales casas y cafés, es admirada por los amantes de los deportes náuticos, en especial el windsurf y el buceo.
A 400 metros de Tripiti se encuentra una asombrosa colección de tesoros arqueológicos: las primeras catacumbas cristianas, las más grandes de Grecia, las ruinas de la antigua Melos, donde encontrará grandes restos de murallas y columnas dóricas y el anfiteatro romano, que está cortado en la ladera rocosa de la colina cerca del antiguo ágora. El anfiteatro mantiene intactas en su grada siete filas de asientos y ofrece una espléndida vista de la bahía. Cerca del teatro se halla el emplazamiento donde fue descubierta la Venus de Milo, en 1820, obra que en la actualidad se encuentra en el Museo del Louvre de París.
Sarakiniko es una cala de piedra blanca pura esculpida por erupciones volcánicas. Se trata de un lugar asombrosamente hermoso, como de otro mundo, una de las muchas maravillas geológicas de la isla y tal vez uno de los lugares más fotografiados de las Cícladas: Cuando lo vea, se sentirá como si hubiera aterrizado en la luna. Al este de Sarakiniko, por la costa, se encuentra Papafranga, un grupo de ensenadas de aguas profundas y cuevas marinas en la base de un prístino barranco que, al igual que Sarakiniko, fue modelado por la actividad volcánica, así como las tres bahías turquesa de Kleftiko, un paisaje volcánico único y uno de los más famosos monumentos de Milo. El lugar fue una guarida pirata durante unos 400 años y ahora sólo se puede acceder a él por barco, lo que da idea de su seguridad.